Pequeño pero matón: Fantasma Blitz

Hola a todos de nuevo. Tras finalizar las jornadas, descansar un poco, oxigenarnos, continuar viejos proyectos e iniciar otro nuevos, aquí estamos de nuevo. Pero ahora tenemos la próxima edición de las jornadas lejos, de modo que podemos dedicarnos con tranquilidad a hablar de lo que nos gusta: los juegos. Y hoy vamos a hablar de uno que por estética y tamaño puede llevar a confusión. Parece un juego estrictamente infantil, pero mucho cuidadito, que se trata de un juego que pone a prueba la rapidez y la percepción del más pintado. Hablamos de Fantasma Blitz, editado en España por Devir.

Portada de la edición española del juego.

El protagonista del juego es el fantasma Balduino, que ha hecho fotos de los objetos que le gusta hacer desaparecer, pero la cámara tiene un defecto: cambia el color de las cosas. Hay que ayudar a Balduino a encontrar los objetos que ha fotografiado. El tema es una mera excusa para ofrecernos un juego de rapidez y percepción muy divertido y exigente. Que nadie se deje engañar por la estética de las ilustraciones y los componentes. Parece un juego para niños, pero es apto para toda la familia. De hecho, creo que hasta ahora la persona más joven que he visto jugando a Fantasma Blitz tiene más de veinte años y le falta poco para terminar Ingeniería Informática.

A nivel de componentes, el juego es más que correcto. Casi se podría calificar de sobreproducido. En una cajita muy manejable (13x13x4,5 cms.) vienen el reglamento, el mazo de cartas y las cinco figuras de madera que tendrán que atrapar los jugadores. 

Foto de la edición francesa. Solo se diferencia de la de Devir en la ilustración de la caja.

¿Y como se juega a Fantasma Blitz? ¿Por qué decimos que es muy exigente? Vamos a explicarlo. Cada turno, un jugador robará una carta del mazo y la colocará donde todos puedan verla. Con la información de la carta los jugadores deben averiguar qué figura es la que deben coger. El primero que coja la figura correcta se queda con la carta. La figura se devuelve al centro de la mesa con las demás y se inicia otro turno. Ganará el que consiga tener más cartas al final de la partida, que llegará cuando se acabe el mazo. Si un jugador elige la figura equivocada, tendrá que darle una de las cartas que ha conseguido al jugador que elija la figura correcta, que se la quedará además de la que obtiene por acertar la figura. Hasta aquí el tema de la rapidez, pero ¿y dónde radica la dificultad? Pues a la hora de saber cuál es la figura correcta. Cada carta tiene dos elementos del juego dibujados. Si uno de los elementos que aparece en la carta coincide en forma y color con una de las figuras de madera, esa es la correcta. Pero lo más habitual es que ninguna de las dos figuras representadas en la carta coincida ni en forma ni color con ninguna figura. Entonces la figura de madera a elegir será aquella cuya forma y color no aparezcan en la carta. Mejor ponemos un ejemplo:

Fijaos en la primera carta a la izquierda de la fila de abajo. Tenemos un ratón azul y un sillón rojo. La figura de madera del ratón no es azul, por tanto esa no es la correcta. El sillón, en cambio, sí es de color rojo, de manera que esa es la figura que hay que coger antes de que lo haga otro jugador. Pero vamos a algo más complicado. En la carta que está a la izquierda del todo en la fila superior vemos un sillón blanco y una botella gris. El sillón no es blanco, por tanto no es la correcta. La botella no es gris, así que tampoco. El fantasma es blanco, pero ese color aparece en la carta, y el ratón es gris, color que también aparece en la carta. ¿Cuál es la correcta? El libro azul, cuyo color y forma no aparecen en la carta. En la segunda carta de la fila de arriba la respuesta correcta sería el ratón gris, ¿no? Probad a averiguar las demás. Ahora imaginaos cómo es durante una partida, teniendo no solo que deducir cuál es la figura correcta, sino que además tenéis que deducirla y cogerla antes que nadie.

Pues esto es Fantasma Blitz. Un juego pequeño en cuanto a tamaño y precio, pero que supone un reto para los que lo jueguen. Además se transporta fácilmente gracias a su pequeña caja. Una gran incorporación a cualquier ludoteca.

Esta es fácil, ¿verdad?